Habían entrado por la chimenea
en la casa de Ardtrasna, en Irlanda.
Por qué no pudieron salir,
eso nunca lo sabremos.
Entraron en la casa
y juntos murieron.
Juntos en la vida
y juntos en la muerte.
Quizá uno siguió al otro,
el macho a la hembra
o la hembra al macho.
Eso tampoco lo sabremos,
y además no importa.
Revolotearon y revolotearon
buscando una salida.
Chocaron con las ventanas,
los libros, las teteras,
buscando una salida
Los encontramos
en la cocina de la casa,
uno al lado del otro,
unidos en la vida, unidos en la muerte..........
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